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Salmos 69 - Biblia Latinoamericana, 1995 bible

Salmos 69

¹Oh Dios, sálvame, que las aguas me llegan hasta el cuello.

²Me estoy hundiendo en un cieno profundo, y no hay dónde apoyarme. Me vi arrastrado a profundas aguas y las olas me cubren.

³Me agoto de gritar, me arde la garganta, y mis ojos se cansan de esperar a mi Dios.

⁴Más que los cabellos de mi cabeza son los que me odian sin motivo. Son más fuertes que yo los que con calumnias me persiguen. ¿Cómo devolveré lo que no he robado?

⁵Tú sabes, oh Dios, si me he extraviado, pues no te están escondidos mis errores.

⁶No avergüences por mí a los que en ti esperan, Señor, Dios Sabaot, ni humilles por causa mía a los que te buscan, oh Dios de Israel.

⁷Por ti fue que soporté el insulto, y la vergüenza me cubrió la cara;"

⁸me volví como un extraño a mis hermanos, un desconocido para los hijos de mi madre.

⁹El celo por tu casa me devora, los insultos de los que te insultan recaen sobre mí.

¹⁰Si me aflijo con ayunos, eso me vale insultos;"

¹¹si me visto de saco, ellos se burlan de mí.

¹²Se ríen de mí los que se sientan en la plaza, y a los bebedores doy un tema de canción.

¹³Pero a ti, oh Dios, sube mi oración, sea ése el día de tu favor. Según tu gran bondad, oh Dios, respóndeme, sálvame tú que eres fiel.

¹⁴Sácame del barro, que no me hunda; líbrame del vértigo del agua profunda.

¹⁵Que las olas no me sumerjan, ni me trague el torbellino ni el pozo cierre sobre mí su boca.

¹⁶Respóndeme, Señor, pues tu amor es bondad, vuélvete hacia mí por tu gran misericordia.

¹⁷No escondas a tu siervo tu rostro, me siento angustiado, respóndeme pronto.

¹⁸Ven, acércate a mí y rescátame, líbrame de tantos enemigos.

¹⁹Tú conoces mi humillación, mis adversarios están todos a tu vista.

²⁰Tanta ofensa me ha partido el corazón, mi vergüenza y confusión son irremediables. Esperé compasión, pero fue en vano, alguien que me consolara, y no lo hallé.

²¹En mi comida me echaron veneno, y para la sed me dieron vinagre.

²²Que un traidor los invite a cenar, y se vuelva una trampa su banquete.

²³Que pierdan la vista y queden a ciegas, que siempre caminen encorvados.

²⁴Arroja sobre ellos tu furor, que los alcance el fuego de tu ira.

²⁵Que su propiedad quede devastada y sus carpas sin habitantes,

²⁶porque persiguieron al que tú heriste y aumentaron los dolores de tu víctima.

²⁷Impútales falta tras falta y que de ellas nunca se libren;"

²⁸sean borrados del libro de los vivos, no sean inscritos en la lista de los justos.

²⁹¡Pero a mí, humillado y afligido, que me levante, oh Dios, tu ayuda!

³⁰Celebraré con un canto el nombre de Dios, proclamaré sus grandezas, le daré gracias.

³¹Esto le agradará al Señor más que una víctima, más que un ternero con cuernos y pezuñas.

³²Vean esto, los humildes, y regocíjense. ¡Reanímense, los que buscan al Señor!

³³Pues el Señor escucha a los pobres, no desdeña a los suyos prisioneros.

³⁴Que lo aclamen los cielos y la tierra, los mares y cuanto bulle en su interior.

³⁵Pues Dios salvará a Sión y reconstruirá las ciudades de Judá: allí habrá de nuevo casas y propiedades.

³⁶Los hijos de sus siervos serán los herederos, y allí morarán los que aman su Nombre.