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Libro de las prophecias de Isayas propheta. 51 - Biblia del Oso 1573 bible

Libro de las prophecias de Isayas propheta. 51

¹Exhorta à los fieles aque en medio dela calamidad del Pueblo ſe consuelẽ con fe firme en las promeſſas hechas à los Padres, y que eſperen la restauracion de la Yglesia. II. Ora el Propheta à Dios que cumpla ſu promeſſa, y ſe muestre con ſu Pueblo el que solia ſer: III. Y buelto àl Pueblo lo consuela y esfuerça en perſona de Dios. IIII. Anima à Chriſto en la figura de Cyro à la empresa de la libertad de ſu Pueblo. V. Consuela y esfuerça à Ieruſalem, certificandole que la sacará de toda afflicion. [1] Oydme los que seguis justicia, los que buscays à Iehoua: mirad à la piedra de donde fuestes cortados, y à la cauerna [788]de la foſſa dedõde fuestes arrancados.

²Mirad à Abrahã vuestro padre, y à Sara la que os parió: porque solo lo llamé, y bẽdixelo, y multipliquelo.

³Ciertamente conſolará Iehoua à Sion, conſolará todas ſus soledades: y tornará ſu desierto como Parayso, y ſu soledad como huerto de Iehoua: hallarsehá en ella alegria y gozo, confeſſion y boz [789]de cantar.

⁴Estad attentos àmi, Pueblo mio, y oydme naciõ mia: porque de mi ſaldrá la ley, y mi juyzio descubriré para luz de pueblos.

⁵Cercana eſtá mi justicia, ſalidoha mi salud, y mis braços [790]juzgarán à los pueblos. A mi eſperarán las islas, y en mi braço pondrán ſu eſperança.

⁶Alçad à los cielos vuestras ojos, y mirad àbaxo à la tierra: porque los cielos serán deshechos, como humo: y la tierra ſe enuejecerá, como ropa de vestir: y de la misma manera perecerán ſus moradores: mas misalud ſerá para siempre, y mi justicia no perecerá.

⁷Oydme, los que conoceys justicia: Pueblo en cuyo coraçô eſtá mi ley: No temays affrenta de hombre, ni desmayeys por ſus denuestos:

⁸Porque, como à vestidura, los comerá polilla: como à lana, los comerá gusano: mas mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salud para ſiglo de ſiglos.

⁹Despiertate despiertate: vistete de fortaleza, ô braço de Iehoua. Despiertate como enel tiẽpo antiguo, en los ſiglos paſſados. No eres tu elque [791]cortó àl soberuio? elque hirió àl dragon?

¹⁰ [792]No eres tu el que secó la mar? las aguas de la gran hondura? El que àl profundo de la mar tornó en camino, paraque paſſaſſen los redemidos?

¹¹Cierto los redemidos de Iehoua tornaran: boluerán en Sion [793]cantando: y gozo perpetuo serà ſobre ſus cabeçàs: poſſeerán gozo, y alegria: y el dolor, y el gemido huyran.

¹²Yo yo ſoy vuestro conſolador. Quien eres tu paraque tẽgas temor del hombre, [794]que es mortal? del hijo del hombre que por heno ſerá contado?

¹³Y haste ya oluidado de Iehoua tu hazedor, [795]que estendió los cielos, y fundó la tierra: y [796]todo el dia tuuiste temor continamente del furor [797]del que afflige, quando ſe dispone para destruyr. Mas à donde eſtá el furor delque afflige?

¹⁴El preso ſe da prieſſa para ſer suelto, por no morir en la mazmorra, y que le falte ſu pan. [798]

¹⁵Y yo Iehoua ſoy tu Dios, que parto la mar, y suenan ſus ondas, Iehoua de los exercitos es [799]ſu nombre:

¹⁶ [800]Que puse en tu boca mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubri: [801]para que plantaſſes los cielos, y fundaſſes la trerra: y que dixeſſes à Sion, Pueblo mio eres tu.

¹⁷Despiertate despiertate: leuanta, ò Ieruſalem, que beuiste de la mano de Iehoua el caliz de ſu furor: las hezes del caliz [802]de angustia beuiste, y chupaste.

¹⁸De todos los hijos que parió, no ay quiẽ la gouierne: no ay quien la tome por ſu mano, de todos los hijos que crió.

¹⁹ [803]Estas dos coſas te han acaecido, quiẽ ſe dolerá de ti? aſſolamiẽto, y quebrãtamiẽto: hambre y cuchillo. Quiente cõsolará?

²⁰Tus hijos desmayâron, estuuierõ tendidos en las encruzijadas de todos los caminos, como buey montés en la red, llenos [804]del furor de Iehoua, de yra del Dios tuyo.

²¹Oye pues aora eſto, miserable, borracha, y no de vino:

²²Ansi dixo tu Señor Iehoua, y tu Dios, el que pleytea por ſu pueblo: Heaqui he quitado de tu mano el caliz del angustia, la hez del caliz de mi furormũca mas lo beuerás.

²³Y ponerlohé en la mano de tus angustiadores, que dixeron à tu alma: Abáxate, y paſſaremos. Y tu pusiste tu cuerpo, como tierra, y como camino, à los que paſſan.