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Deuteronomio 23 - La Biblia Castilla 2003 bible

Deuteronomio 23

¹Nadie tomará a la mujer de su padre ni levantará el borde del manto de su padre.

²El hombre que tenga los test culos aplastados o el pene amputado no entrará en la asamblea de Yahveh.

³El bastardo no será admitido en la asamblea de Yahveh; ni siquiera en la décima generación entrará en ella.

⁴El amonita y el moabita no serán admitidos en la asamblea de Yahveh; ni siquiera en la décima generación, nunca jamás, entrarán en ella,

⁵porque no salieron a vuestro encuentro al camino con pan y agua, cuando salisteis de Egipto, y porque el moabita alquiló contra ti, para maldecirte, a Balaán, hijo de Beor, de Petor, en Aram Naharáin.

⁶Pero Yahveh, tu Dios, no quiso escuchar a Balaán, sino que Yahveh, tu Dios, trocó la maldición en bendición, porque Yahveh, tu Dios, te ama.

⁷Jamás, mientras vivas, buscarás su paz ni su bienestar.

⁸No abominarás al idumeo, porque es hermano tuyo; no detestarás al egipcio, porque extranjero fuiste en su tierra.

⁹A la tercera generación sus descendientes podrán ya entrar en la asamblea de Yahveh.

¹⁰Cuando salgas a campa a contra tus enemigos, guárdate de toda indecencia.

¹¹Si hay entre los tuyos alguno que por una polución nocturna no fuera puro, saldrá fuera del campamento, y no podrá entrar en el interior del mismo

¹²hasta que por la tarde se lave con agua; al ponerse el sol podrá entrar en el campamento.

¹³Fuera del campamento tendrás un lugar adonde puedas retirarte.

¹⁴En tu equipo llevarás una estaca; y cuando hayas de agacharte allá fuera, cavarás con ella un hoyo, y después te volverás y cubrirás tus excrementos.

¹⁵Porque Yahveh, tu Dios, anda en medio de tu campamento para protegerte y entregar en tu poder a tus enemigos. Tu campamento debe ser cosa sagrada, Yahveh no debe ver en ti nada indecoroso, pues se alejar a de ti.

¹⁶No devuelvas a su amo el esclavo que vino a ti huyendo de él.

¹⁷Morará contigo, entre los tuyos, en el lugar que haya escogido en una de tus ciudades, el que mejor le parezca; no lo trates mal.

¹⁸No habrá prostituta sagrada entre las israelitas, ni prostituto sagrado entre los israelitas.

¹⁹No llevarás a la casa de Yahveh, tu Dios, en concepto de voto, el salario de una ramera ni el precio de un perro, porque los dos son abominación para Yahveh, tu Dios.

²⁰No exigirás de tu hermano interés alguno, ni por dinero, ni por v veres, ni por nada de lo que se presta a interés.

²¹Podrás exig rselo al extranjero, pero no a tu hermano, para que Yahveh, tu Dios, te bendiga en todo cuanto emprendas en la tierra en cuya posesión vas a entrar.

²²Si haces un voto a Yahveh, tu Dios, no dilates su cumplimiento; pues Yahveh, tu Dios, te pedirá ciertamente cuenta de ello y te cargar as con un pecado.

²³Si te abstienes de hacer un voto no cometes ningún pecado,

²⁴pero cumplirás la palabra salida de tus labios y pondrás por obra lo que has prometido voluntariamente a Yahveh, tu Dios, la promesa salida de tus propios labios.

²⁵Si pasas por la vi a de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciar tu apetito, pero no podrás llevártelas en tu cesta.