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JUAN 2 - Reina Valera 2020 bible

JUAN 2

¹Tres días después se celebró una boda en Caná de Galilea. La madre de Jesús estaba allí.

²También fueron invitados Jesús y sus discípulos.

³Se terminó el vino y la madre de Jesús le dijo: —No tienen vino.

⁴Jesús le preguntó: —Mujer, ¿qué tiene que ver esto con nosotros? Aún no ha llegado mi hora.

⁵Su madre dijo a los que servían: —Haced todo lo que él os diga.

⁶Había allí seis tinajas de piedra dispuestas para el rito de purificación de los judíos. En cada una de ellas cabían dos o tres cántaros.

⁷Jesús les dijo: —Llenad de agua estas tinajas. Y las llenaron hasta arriba.

⁸Luego añadió: —Sacad ahora un poco y llevádselo al encargado del banquete. Y se lo llevaron

⁹y cuando el encargado del banquete probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde procedía (aunque sí lo sabían los sirvientes que lo habían sacado), llamó al esposo

¹⁰y le dijo: —Todo el mundo sirve primero el buen vino y cuando están bebidos entonces saca el más corriente. Sin embargo, tú has reservado el mejor vino hasta ahora.

¹¹Este fue el comienzo de las señales que hizo Jesús en Caná de Galilea. Manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.

¹²Después de esto, Jesús bajó a Capernaún acompañado de su madre, sus hermanos y sus discípulos, pero no estuvieron allí mucho tiempo.

¹³La Pascua de los judíos estaba cerca y Jesús subió a Jerusalén.

¹⁴En el templo encontró a los que vendían bueyes, ovejas y palomas. Sentados a sus mesas estaban también los cambistas de moneda.

¹⁵Jesús hizo un azote de cuerdas y los echó fuera a todos, con las ovejas y los bueyes. También desparramó las monedas de los cambistas y volcó sus mesas,

¹⁶y a quienes vendían palomas les dijo: —Quitad esto de aquí. No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.

¹⁷Entonces sus discípulos se acordaron de aquellas palabras de la Escritura: El celo de tu casa me consume.

¹⁸Los judíos le preguntaron: —Ya que haces esto, ¿qué señal nos das?

¹⁹Respondió Jesús: —Destruid este templo y en tres días lo levantaré.

²⁰Los judíos replicaron: —Cuarenta y seis años llevó la edificación de este templo. ¿Y tú lo vas a levantar en tres días?

²¹Pero él hablaba del templo de su cuerpo.

²²Por eso, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos recordaron que había dicho esto y creyeron en la Escritura y en las palabras pronunciadas por Jesús.

²³Estando en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía.

²⁴Mas no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos.

²⁵Jesús no necesitaba que nadie le explicara nada: sabía lo que hay en el interior de cada persona.