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1 CORINTIOS 7 - Reina Valera 2020 bible

1 CORINTIOS 7

¹En cuanto a las cuestiones que me habéis escrito, sería bueno que el hombre no tuviera relaciones con la mujer.

²Sin embargo, para evitar la inmoralidad sexual, es mejor que cada uno tenga su propia mujer, y cada mujer tenga su propio marido.

³El marido que cumpla con su mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con su marido.

⁴La mujer no tiene dominio sobre su propio cuerpo, sino el marido; y del mismo modo tampoco tiene el marido dominio sobre su propio cuerpo, sino la mujer.

⁵No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo acuerdo, para dedicaros al ayuno y la oración. Después volved a juntaros en uno, para que Satanás no os tiente a causa de vuestra incontinencia.

⁶Pero esto lo digo como una concesión, no como un mandato.

⁷Porque yo querría que todas las personas fueran como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de una manera, y otro de otra.

⁸Así que a los solteros y a las viudas les digo que sería bueno que se quedasen como yo;

⁹pero si no tienen don de continencia, que se casen, pues mejor es casarse que quemarse.

¹⁰A los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor, que la mujer no se separe del marido;

¹¹pero si se separa, que no se vuelva a casar o que se reconcilie con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.

¹²A los demás les digo yo, no el Señor, que si algún hermano tiene una mujer que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, que no la abandone.

¹³Y si una mujer tiene un marido que no es creyente, y él consiente en vivir con ella, que no lo abandone.

¹⁴Porque el marido no creyente es santificado en su mujer; y la mujer no creyente, en su marido. Si no fuera así, vuestros hijos serían impuros, mientras que ahora son santos.

¹⁵Pero si el no creyente quiere separarse, que se separe, pues en ese caso el hermano o la hermana no está obligado a mantener esa relación, pues Dios nos llamó a vivir en paz.

¹⁶Porque, ¿cómo sabes tú, mujer, si quizá salvarás a tu marido? ¿O cómo sabes tú, marido, si quizá salvarás a tu mujer?

¹⁷En cualquier caso, que cada uno viva según los dones que el Señor le asignó y según era cuando el Señor lo llamó. Esto ordeno en todas las iglesias.

¹⁸¿Alguno es llamado estando ya circuncidado? Que no lo oculte. ¿Alguno es llamado sin haber sido circuncidado? Que no se circuncide.

¹⁹De nada sirve estar o no estar circuncidado; lo que importa es cumplir los mandamientos de Dios.

²⁰Que cada uno se quede en el estado que tenía cuando fue llamado.

²¹¿Fuiste llamado cuando eras esclavo? No te preocupes; pero si puedes obtener la libertad, inténtalo,

²²porque el que es llamado por el Señor siendo esclavo, es liberto del Señor; asimismo el que es llamado siendo libre, esclavo es de Cristo.

²³Fuisteis comprados por un precio; no os hagáis esclavos de los hombres.

²⁴Hermanos, que cada uno permanezca ante Dios en el estado que tenía cuando fue llamado por él.

²⁵En cuanto a las personas solteras, no he recibido ningún mandato del Señor, pero doy mi opinión como alguien que, por la misericordia del Señor, es digno de crédito.

²⁶Pienso que, dada la difícil situación en que vivimos, lo mejor es que cada uno permanezca como está.

²⁷¿Estás casado? No trates de separarte. ¿Estás soltero? No busques casarte.

²⁸Ahora bien, si te casas, no pecas; y si la soltera se casa, no peca. Sin embargo, los que se casan tendrán que enfrentar sufrimientos temporales, y yo quisiera evitárselos.

²⁹Pero os digo, hermanos, que el tiempo es corto. Así que de ahora en adelante, los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran;

³⁰los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si no tuvieran nada,

³¹y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutaran, porque este mundo, tal como lo vemos, va a desaparecer.

³²Yo quisiera que estuvierais sin preocupaciones. El soltero se preocupa por las cosas del Señor, de cómo ha de agradar al Señor.

³³Sin embargo, el casado se preocupa por las cosas del mundo, de cómo ha de agradar a su mujer, y está dividido.

³⁴Del mismo modo, la mujer soltera y joven se preocupa por las cosas del Señor, para ser santa en cuerpo y espíritu; pero la mujer casada se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.

³⁵Esto lo digo por vuestro propio bien; no para poneros obstáculos, sino para que viváis en honestidad y decencia, y para que os acerquéis al Señor sin ningún impedimento.

³⁶Si alguno piensa que es impropio que su hija continúe soltera después de cierta edad, que haga lo que quiera, no peca. Que se case.

³⁷Pero el que está convencido en su corazón, sin presión alguna que le fuerce y en pleno uso de su libertad determina de corazón que su hija no se case, hace bien.

³⁸De manera que quien permite que su hija se case, hace bien; y quien prefiere que no se case, hace mejor.

³⁹La mujer casada, de acuerdo con la ley, está ligada a su marido mientras él vive; pero si su marido muere, queda libre para casarse con quien quiera, con tal de que sea en el Señor.

⁴⁰Pero, a mi juicio, será más feliz si se queda como está; y pienso que yo también tengo el Espíritu de Dios.